La magia de Bulgaria

El fin de semana anterior estuve de aventura por tierras inóspidas del mágico interior búlgaro. Hice el petate, y me embarqué con mi amigo Dobrín (que conocí ese mismo día) a realizar 200 km en coche para asistir a un festival de Folclore en un pueblo montañés cercano a la población de Гоце Делчеь (Gotze Delchev).

Nada más salir de la ruidosa capital, mi sorpresa fue de aupa. Aún no había tenido ocasión de salir de esa jungla de hormigón y tranvías, y fue increible descubrir que nada mas observar el cartel de salida de Sofia, los bosques inundaban las montañas, salpicadas por preciosas casas rurales..... a escasos metros de donde comienza la urbanización masiva. Cada kilómetro era más hermoso que el anterior, montañas colmadas de robustos árboles, atravesados por apacibles ríos de aguas cristalinas..... algo que por mi tierra cada vez es más complicado de atisbar. Al rato vimos gente sentada en sillas situadas en la calzada de la carretera bajo sombrillas ("extraño sitio para merendar" pense ignorante de mi) Se trataban de vendedores de fruta. A cada lado de la carretera los campos estaban inundados por hermosos cerezos y otros árboles frutales que no logré distinguir, y los agricultores recogian la fruta mientras la vendían directamente a los conductores que deseasen disfrutar de fruta recién recolectada (buena forma de sacarse un pellizco sin pasar por intermediarios pense yo). Paramos y compramos unos kilos de jugosas cerezas, gordas como en mi vida las había tenido en mis manos y con un sabor exquisito.... el viaje mejoraba por momentos. Continuamos con nuestro viaje, y yo seguía disfrutando cada hermoso pedazo de naturaleza que pasaba ante mis ojos. En un momento nos encontramos con una pareja de autostopistas que también iban de camino al festival. Pues nada, ya eramos más para charlar en el trayecto. LLegamos a Гоце Делчеь, y tras preguntar varias veces el camino al pueblo, comenzamos a subir una carretera angosta que llevaba a lo alto de la segunda montaña más alta de Sofia. Os dejo una imagen de Гоце Делчеь a mitad de camino subiendo la montaña (ojala fuera mejor fotógrafo)


Al llegar al pueblo, me recordó a esos pequeños pueblos perdidos de Asturias que mantienen su espírutu aún ante el acoso del inquebrantable progreso. Bonitas viviendas rústicas y a la entrada la plaza, con la clásica agua que se recoge de uno de los riachuelos que nace a escasos kilómetros en la montaña. La gente disfrutaba apaciblemente de la soleada tarde mientras aguardaba el comienzo del baile. Compramos algo de queso fresco de cabra (joder que bueno estaba) carne y pan de leña, y a zampar!!!! Un descansito y a explorar los entresijos del risueño pueblecito..... que decir, encantador. Os dejo alguna fotillo aunque intentaré hacerme con algunas de Dobrin que creo que tenía mejor perspectiva.


Después de dar un garbeo, volvimos a la plaza......... y empezó todo, con la entrada de las mujeres, vestidas con los tradicionales trajes búlgaros (Trakia), cantando, algo que es típico en todas las celebraciones búlgaras. YYYYY....... mañana continuo, que ya llevo bastante escrito y así os quedais intrigados, jajaja.

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